Tener una sonrisa de diez no siempre es fácil. Algunas veces, por mucho que cuidemos nuestra salud bucodental, existen aspectos que impiden que tengamos la boca que deseamos al 100%. Normalmente esos aspectos son genéticos.
La maloclusión dental no es más que una incorrecta alineación de los dientes. Por ejemplo: cuando el tamaño entre mandíbulas y dientes es diferente.
Como te puedes imaginar, el síntoma principal es tener los dientes desviados o apiñados. Aún así, también se pueden notar síntomas menos evidentes, como, por ejemplo:
- Dolor al masticar.
- Molestia habitual en los músculos faciales o en la mandíbula.
- Respirar por la boca sin cerrar los labios.
- Morderse las mejillas de forma frecuente e involuntaria.